Deja de Intentar Ser Feliz

Si intentas ser guai, nunca serás guai. Si intentas ser feliz, nunca serás feliz. Tal vez el problema es que ahora la gente intenta demasiado.

La felicidad, al igual que otras emociones, no es algo que obtienes, si no que reside en ti. Cuando estás cabreado y lanzándole una herramienta al hijo de tu vecino, no eres consciente de tu estado de ira. No estás planteándote “¿Estoy enfadado por fin? ¿Lo estoy haciendo correctamente?” No, lo que quieres es sangre. La ira reside en ti. Tú eres la ira. Hasta que se termina.

Al igual que un hombre seguro no se pregunta si está seguro, un hombre feliz no se pregunta si es feliz. Simplemente lo es.

Esto implica que la felicidad no se logra por sí misma, si no que es el efecto secundario de un conjunto continuado de experiencias de vida. Esto se confunde mucho, sobretodo porque la felicidad se comercializa demasiado actualmente como si fuera un objetivo en sí mismo. Compra X y sé feliz. Aprende Y y sé feliz. Pero no puedes comprar la felicidad y no puedes lograr ser feliz. Simplemente lo eres. Y lo eres cuando consigues que otras partes de tu vida estén en orden.

LA FELICIDAD NO ES LO MISMO QUE EL PLACER

Cuando la mayoría de personas busca la felicidad, en realidad están buscando placer: buena comida, más sexo, más tiempo para ver la tele y películas, un coche nuevo, fiestas con amigos, masajes, perder 4 kilos, ser más popular, etcétera.

Pero aunque el placer es genial, no es lo mismo que la felicidad. El placer se correlaciona con la felicidad, pero no la causa. Pregúntale a cualquier drogadicto qué tal le ha ido la su búsqueda del placer. Pregúntale a un adúltero que ha destrozado a su familia si el placer acabó haciéndole feliz. Pregúntale a un hombre que casi se come a sí mismo hasta la muerte, lo feliz que le ha hecho buscar el placer.

El placer es un dios falso. Las investigaciones demuestran que las personas que concentran su energía en placeres materialistas y superficiales terminan siendo más ansiosas, más inestables emocionalmente y mucho menos felices a largo plazo. El placer es la forma más superficial de satisfacer nuestra vida y, por lo tanto, la más fácil. El placer es lo que se nos publicita. Es la cosa en la que nos fijamos. Es lo que usamos para entretenernos y adormecernos. Pero el placer, aunque es necesario, es insuficiente. Hay algo más.

LA FELICIDAD NO REQUIERE BAJAR NUESTRAS EXPECTATIVAS

Últimamente se ha puesto de moda decir que la gente se está volviendo infeliz porque todos somos narcisistas y al crecer nos contaron que somos un copo de nieve especial y único que va a cambiar el mundo, y Facebook está constantemente diciéndonos lo increíble que es la vida de los demás, pero no la nuestra, por lo que todos nos sentimos como una mierda y nos preguntamos dónde todo empezó a ir mal. Oh, y todo esto pasa a los 23 años.

Lo siento, pero no. Dadle a la gente un poco mas de crédito que eso.

Por ejemplo, un amigo mío empezó recientemente un aventura empresarial de alto riesgo. Perdió la mayor parte de sus ahorros tratando de hacer que funcionara y fracasó. Hoy está más feliz que nunca por esta experiencia. Le enseñó muchas lecciones sobre lo que quería y lo que no quería en la vida y finalmente lo dirigió a su trabajo actual, que le encanta. Es capaz de mirar hacia atrás y sentirse orgulloso por haberlo intentado, porque de lo contrario siempre se habría preguntado “Y si?” y eso le habría hecho más infeliz que cualquier otro fracaso.

El fracaso a la hora de satisfacer nuestras expectativas no es algo antiético a la felicidad, de hecho argumentaría que la capacidad para fracasar y igualmente apreciar la experiencia es un bloque fundamental en la construcción de la felicidad.

Si pensabas que ibas a ganar 100.000$ y conducir un Porsche inmediatamente después de la universidad, entonces tus criterios de éxito eran sesgados y superficiales, confundiste el placer por la felicidad, y el duro golpe que te diste contra la realidad será una de las mejores lecciones que te dará la vida.

El argumento de “rebaja tus expectativas” es víctima de la misma vieja mentalidad: que la felicidad se deriva del exterior. La alegría de vivir no es tener un salario de 100.000$. Es trabajar para llegar a un salario de 100.00$, y entonces trabajar por un salario de 200.000$, y así sucesivamente.

Así que, yo digo que aumentes tus expectativas. Expande tu proceso. Túmbate en tu lecho de muerte con una lista kilométrica de tareas por hacer y sonríe por la infinidad de oportunidades que se te han concedido. Imponte expectativas ridículas y saborea el fracaso inevitable. Aprende de ello. Vívelo. Deja que el suelo se resquebraje y las piedras se desmoronen a tu alrededor porque así es como algo increíble crece, a través de las grietas.

LA FELICIDAD NO ES LO MISMO QUE LA POSITIVIDAD

Probablemente conoces a alguien que siempre parece estar increíblemente feliz independientemente de la situación o de las circunstancias. Probablemente esa sea en verdad una de las personas más disfuncionales que conoces. Negar las emociones negativas conduce a emociones negativas más profundas y prolongadas y a una disfunción emocional.

La realidad es simple: en la vida pasan cosas jodidas. Las cosas van mal. La gente nos cabrea. Se cometen errores y surgen emociones negativas. Y eso está bien. Las emociones negativas son necesarias y saludables para mantener una felicidad estable en nuestra vida.

El truco con las emociones negativas es 1) expresarlas de una forma socialmente aceptable y saludable y 2) expresarlas de forma que se alineen con nuestros valores.

Un ejemplo simple: uno de mis valores es la no-violencia. Por lo tanto, cuando me cabreo con alguien, expreso esa rabia, pero a la vez me aseguro de no pegarle un puñetazo en la cara. Una idea radical, lo sé (Pero seguramente le tiraré una herramienta al hijo del vecino. Provócame.)

Hay un montón de gente que suscriben la idea de “ser siempre positivo”. Esa gente debería ser evitadas tanto como las personas que piensan que el mundo es un montón de mierda. Si tu criterio de felicidad es estar siempre feliz, sin importar nada más, has estado viendo demasiado Las Desventuras de Beaver y necesitas volver a la realidad (pero no te preocupes, prometo no pegarte un puñetazo en la cara).

Pienso que nos atrae la positividad obsesiva por la forma en la que se nos vende. Pienso que ver constantemente a gente feliz y sonriente en la televisión una de las causas. Y pienso que otra parte son las personas de la industria de auto-ayuda que quieren que sientas todo el tiempo como si hubiera algo malo en ti.

O quizás es que simplemente somos perezosos, y queremos tener todo lo que queremos sin hacer el trabajo duro necesario para obtenerlo.

Y eso me lleva a lo que verdaderamente guía la felicidad…

LA FELICIDAD ES EL PROCESO DE CONVERTIRTE EN TU YO IDEAL

Completar una maratón nos hace más felices que comer un pastel de chocolate. Criar a un niños nos hace más felices que pasarnos un videojuego. Empezar un pequeño negocio con amigos y luchar por hacer dinero nos hace más felices que comprar un ordenador nuevo.

Y lo gracioso es que esas tres actividades son muy desagradables y requieren establecer altas expectativas y posiblemente fracasar para conseguirlas. Y sin embargo, son algunos de los momentos y actividades más significativas de nuestra vida. Implican dolor, lucha, incluso enfado y desesperación, pero cuando las logramos miramos atrás y nos emocionamos.

¿Por qué?

Porque ese tipo de actividades nos permiten convertirnos en nuestro Yo ideal. La búsqueda perpetua se conseguir nuestro Yo ideal es lo que nos garantiza la felicidad, independientemente de los placeres superficiales o el dolor, independientemente de las emociones positivas o negativas. Este es el motivo por el que mucha gente es feliz en una guerra y otros son infelices en una boda. Es el motivo por el que algunos están entusiasmados por ir al trabajo y otros odian las fiestas. El carácter que los define no se ajusta con su Yo ideal.

El resultado final no define nuestro Yo ideal. Terminar una maratón no es lo que nos hace felices, es lograr un objetivo difícil a largo plazo. Tener un hijo increíble del que hablamos no es lo que nos hace felices, es saber que te has entregado al crecimiento de otro ser humano lo que es especial. No es el prestigio y el dinero de un nuevo negocio lo que nos hace felices, es el proceso de superar todas las dificultades junto a las personas que te importan.

Y esta es la razón por la que tratar de ser feliz te hará inevitablemente infeliz. Porque tratar de ser feliz implica que no eres tu Yo ideal, no te ajustas a las cualidades que te gustaría tener. Al fin y al cabo, si actuaras como tu Yo ideal, no sentirías la necesidad de intentar ser feliz.

Un apunte sobre las frases que dicen “encuentra la felicidad en tu interior”, o “debes saber que eres suficiente”. No es que la felicidad en sí misma esté dentro de ti, es que la felicidad ocurre cuando decides perseguir lo que está en tu interior.

Y por eso la felicidad es tan fugaz. Cualquiera que se haya fijado objetivos en su vida, sólo para lograrlos y darse cuenta de que sienten la misma cantidad de felicidad/infelicidad, sabe que la felicidad siempre parece que está a la vuelta de la esquina a punto de aparecer. No importa en que punto de tu vida estás, siempre habrá una cosa que necesitas para ser extra-especialmente feliz.

Y eso es porque nuestro Yo ideal siempre está a la vuelta de la esquina, siempre tres pasos por delante nuestro. Soñamos con ser músicos y cuando somos un músico, soñamos con escribir una banda sonora de cine y cuando escribimos la banda sonora, soñamos con escribir un guión. Y lo que importa no es que alcancemos todas esas cimas de suceso, si no que estemos constantemente avanzando hacia ellas, día tras día, mes tras mes, año tras años. Esas cimas vendrán y se irán, y seguiremos persiguiendo a nuestro Yo ideal por el camino de nuestras vidas.

Y con todo eso, con respecto a ser feliz, parece que el mejor consejo es también el más simple: Imagina quién quieres ser y da un paso hacia ello. Sueña grande y entonces haz algo. Cualquier cosa. El simple acto de moverte cambiará todo lo que sientas sobre el proceso y te servirá para inspirarte aún más.

Libérate del resultado imaginado – no es necesario. La fantasía y el sueño son simplemente herramientas para empezar a mover tu culo. No importa si se hacen realidad o no. Vive, hombre. Simplemente vive. Deja de intentar ser feliz y simplemente sé.

Traducido por Sergi Marquez